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Tras unos días particularmente soleados, la temperatura ha descendido inesperadamente en el Sur de California, lo que resulta de algún modo pertinente para el ingreso de una cartelera que se inclina hacia el terreno de la oscuridad y del miedo, como lo indican los lanzamientos que reseñamos a continuación.
SINNERS

Director: Ryan Coogler
Reparto: Michael B. Jordan, Hailee Steinfeld, Miles Caton
Género: Terror / Acción
Sin llegar a cumplir el enorme potencial dramático que prometía su primera parte, “Sinners” es una película especialmente lograda y convincente dentro de los lineamientos de la cartelera comercial, ya que además de funcionar como un producto de entretenimiento completamente eficiente, cuenta con una puesta en escena de primer nivel, combina técnicas cinematográficas ciertamente osadas y presenta temáticas sociales que merecen ser revisadas.
La cuarta colaboración entre el director y guionista Ryan Coogler y el actor Michael B. Jordan, quienes habían trabajado ya juntos en “Fruitvale Station” (2009), “Creed” (2015) y “Black Panther” (2018), es una muestra adicional y contundente de la solidez de una alianza artística que sigue brindando frutos de nivel superlativo y que, más allá de los coqueteos con el ‘mainstream’ que se iniciaron a partir de la segunda película, continúa ofreciendo resultados distintivos y relevantes en lo que respecta a la representación adecuada de la comunidad afroamericana.
En este caso, no contento con volver a laborar al lado de su compinche, Coogler lo coloca no en uno, sino en dos papeles, porque Jordan interpreta a dos gemelos idénticos, Elijah y Elias, quienes, a inicios de los años ‘30, deciden fundar un auditorio dedicado a la música negra en su ciudad natal del Mississippi, acompañados por su sobrino Sammie (Miles Caton), hijo de un pastor religioso que, pese a su corta edad, es todo un prodigio en la interpretación de la guitarra.
Por cerca de una hora, “Sinners” se muestra casi como un drama independiente, realista e impecablemente actuado que no deja de lado las injusticias que se han cometido contra la gente de color, pero que no hace por eso que sus personajes principales se encuentren libres de contradicciones y de defectos; para empezar, los hermanos tienen el dinero que necesitan para su negocio porque lo han robado -de gangsters de Chicago, eso sí-, y ninguno de los dos ha actuado de manera responsable con las mujeres que les han entregado su amor (la curandera Annie, interpretada por Wunmi Mosaku, y la mulata Mary, encomendada a Hailee Steinfeld).
Ryan Coogler convenció a Michael B. Jordan de que podía ser una estrella de cine.
Súbitamente, la película se convierte en algo distinto: además del ingreso del terror (¿ya saben que esto tiene vampiros, verdad?), se presentan una serie de escenas musicales, diversas referencias al western y mucha, mucha acción. Se trata de un giro que no deja de recordar el que se daba en “From Dusk till Dawn” (1996); pero, en este caso, una vez que se produce el cambio, estamos ya tan familiarizados con los personajes (es imposible dejar de mencionar al músico veterano interpretado por el increíble Delroy Lindo) que sentimos empatía por ellos, más allá de que no respondan estrictamente a los conceptos de bondad o de maldad que podamos tener.
Además, a diferencia de Rodriguez, Coogler -que filmó la cinta en formato de IMAX- nos maravilla constantemente con un despliegue visual de altísimo vuelo que se toma el tiempo necesario para desarrollar tomas largas e inspiradas, que pone en alto el nombre del blues tradicional y que no le tiene miedo a los momentos de franca sexualidad.
Frente a todos estos méritos, no es difícil pasar por alto las faltas de un trabajo que, en cierto momento, pierde el control debido a sus ambiciones culturales y estéticas, que nos complica las cosas en lo que respecta a la separación de sus protagonistas (son idénticos, claro, pero podrían haber tenido algunas diferencias de ‘look’, ¿verdad?) y que, más adelante, se apoya demasiado en los diálogos para tratar de explicar sus aspectos sobrenaturales.
THE SHROUDS

Director: David Cronenberg
Reparto: Diane Kruger, Vincent Cassel, Guy Pearce
Género: Drama / Terror
Pese que, como el mismo David Cronenberg dice, “The Shrouds” no es realmente una película de terror, se trata de una suerte de regreso a esos terrenos oscuros vinculados a la ciencia y la tecnología que hicieron famoso al eminente director canadiense a través de títulos como “Scanners” (1981), “Videodrome” (1983) y “The Fly” (1986), antes de que decidiera cambiar de rumbo para meterse en géneros que eran supuestamente más realistas.
Lo curioso es que, en consonancia con el estado actual de las cosas, la nueva cinta, mucho menos marcada por los efectos especiales que “Crimes of the Future” (2022) -el retorno propiamente dicho a la ciencia-ficción de Cronenberg-, presenta hechos que podrían producirse mayormente en el presente -se desarrolla aparentemente en un futuro muy cercano-, más allá de los momentos fantasmagóricos que contiene, que parecen aludir a sueños o a alucinaciones y que sí responden a esos lineamientos del ‘body horror’ que también han distinguido al cineasta.
En todo caso, el punto de partida del guión, escrito por el mismo director, es un asunto muy puntual y doloroso -la muerte de la mujer que fuera su esposa a lo largo de 43 años-, lo que lo convierte probablemente en su creación más personal, aunque sería difícil trazar paralelos específicos con un relato en el que el protagonista es un dueño de restaurante que, tras el fallecimiento de su propia mujer, crea un peculiar sistema de vigilancia que permite que los que han perdido a un ser querido supervisen la descomposición del cadáver desde sus dispositivos electrónicos.
Tras la inesperada vandalización del cementerio que ha creado con estos fines, Karsh (interpretado por un estupendo Vincent Cassel) emprende una búsqueda de los culpables que no lo aleja nunca de sus traumas y de su duelo (para eso están los recuerdos distorsionados y hasta la ‘asistente personal’ de Inteligencia Artificial con la voz de su mujer que tiene), pero que adopta de pronto unos ribetes de cyber thriller y de suspenso que recuerdan ocasionalmente a Hitchcock, aunque son manejados por el gran Cronenberg con su habitual sutileza.
“The Shrouds” se encuentra llena de diálogos prolongados que plantean discusiones apasionantes sobre temas religiosos, ecológicos y éticos, haciendo a veces que la fuerza de la puesta en escena -bastante gélida- pase a un segundo plano. Y aunque esta circunstancia podría decepcionar a quienes esperaban ver un trabajo con un mayor impacto inmediato, es una prueba fehaciente de que el nivel intelectual del autor se mantiene intacto a los 82 años de edad.
THE UGLY STEPSISTER

Directora: Emilie Blichfeldt
Reparto: Lea Myren, Thea Sofie Loch Næss, Ane Dahl Torp
Género: Terror
¿Qué pasaría si “La Cenicienta” estuviera contada no desde el punto de la sufrida doncella huérfana, sino desde el de una de sus hermanastras poco agraciadas? “The Ugly Stepsister” se encarga de hacerlo, y enfatiza además los rasgos más duros del cuento clásico para darle vida a una gloriosa adaptación rebosante de ‘gore’, sexualidad y crueldad que no tiene nada que ver con la mirada edulcorada de Disney.
No se trata tampoco de que Emilie Blichfeldt, la directora y guionista de este filme noruego, haya optado por recrear el relato de manera completamente caprichosa y sensacionalista. De hecho, la escena más sangrienta de su trabajo aparecía ya en la versión de los Hermanos Grimm, y la fuerte crítica hacia las inclinaciones superfluas por la belleza física dentro de una sociedad del siglo 18 que podria tener mas de un parecido con la actual va de la mano con lo que se mostraba en el cuento.
Resulta interesante notar que, en más de un sentido, “The Ugly Stepsister” es una cinta de ‘body horror’, es decir, esa rama del género que ha sido prácticamente patentada por David Cronenberg, el cineasta canadiense cuya película más reciente, “The Shrouds” (que emplea también el tópico), se estrena igualmente este fin de semana (ver más arriba).
Sin embargo, el estilo de Blichfeldt tiene una ferocidad y una identidad absolutamente propias, lo que sorprende en vista de que este es su primer largometraje; y es importante agregar que, más allá de lo que puedan implicar sus escenas de violencia, la puesta en escena de la realizadora resulta sumamente elegante y meticulosa, como se demuestra en las impresionantes escenas que encuentran a la protagonista Elvira (interpretada magníficamente por Lea Myren) tratando de seducir al príncipe inalcanzable en la corte, luego de haberse sometido a varios tratamientos físicos brutales con la finalidad de alterar su apariencia.
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